Feminicidios.

Feminicidios.
Dice Lourdes Mendoza: “No se entiende que los feminicidios son crímenes de odio, son crímenes que se hacen contra las mujeres por el hecho de serlo. Claro, mueren muchos hombres, matan a muchos hombres, aparecen muchos hombres asesinados , pero no es el mismo tipo de crimen; no es un crimen de odio, no es un crimen por el hecho de ser hombres y eso hace la diferencia y la vulnerabilidad en que están las mujeres como tal es muy distinto, y esto no implica negar otros problemas del país, o que no nos interesen todos los homicidios que se llevan a cabo en México. Son lamentabilísimos, pero los crímenes de mujeres o crímenes de odio por el hecho de ser mujeres, creo que tienen una especificidad que tiene que ser destacada para poder combatirla, ya que, justamente, se llega a esto por una cultura machista, por una cultura en la cual los hombres pensamos que las mujeres son disponibles, que son un objeto para servirnos, que son inferiores, que las podemos acosar, que las podemos maltratar, que las podemos violar, y que incluso las podemos matar porque no pasa nada”.
“El feminicidio es el extremo de una cultura machista que empieza con los chistes, con las miradas, con los tocamientos, con el acoso, con los golpes, con la violencia, con las violaciones, hasta que se llega a estos extremos. Si nosotros no combatimos los feminicidios, como una conducta especial y gravísima, simplemente seguimos convalidando una cultura machista que discrimina a la mujer en todos los sectores de nuestra sociedad: en el hogar, en el trabajo, en la calle, en el transporte público, en los deportes, en las academias, en todos lados”. “Y esos hombres que dicen eso, justamente, tienen esa visión machista de la sociedad: ‘es que también matan hombres’”.
Si en este país eres mujer y eres pobre, te pueden desaparecer y nadie te busca. Las mujeres y niñas pobres de este país son invisibles, nadie las voltea a ver, nadie se preocupa por ellas, pero además de esta reflexión, de caer en la cuenta de que tenemos esta tragedia, a la cual no podemos habituarnos, se busca generar una reflexión sobre encontrar soluciones.
La SCJN está apostando a un cambio de cultura, es una apuesta a una reflexión de toda la sociedad mexicana, es una apuesta para elevar el costo a todas las autoridades y personas, entre las cuales me incluyo, para que hagamos las cosas diferentes. ¡Ya basta!
El Caníbal de Atizapán, por más de 30 años, se dedicó a matar mujeres y fue gracias al esposo de Reyna, una de sus víctimas, que lo atraparon. Pero, ojo, la Fiscalía no sólo revictimizó a la víctima al hacerla parecer su pareja, sino que cometió múltiples errores en la investigación.
En general, muestra cómo la Fiscalía del Estado de México –pero aplica para cualquier otra– no nos protege, no investiga y tiene una profunda desconexión con las víctimas.
Las manifestaciones de mujeres, sí han servido… Sin ustedes, mujeres, en la calle no nos hubiera conmovido el drama de los feminicidios como lo ha hecho. Estamos aquí para llevarle el costo a las autoridades que tienen que tomar decisiones para decirles que ya no pueden voltear a otro lado, y que no vamos a dejar de insistir en el tema. Entonces no hay que perder la esperanza. Lo que ustedes han hecho y hacen todos los días no es en vano, el reto es enorme. Falta mucho por hacer, pero hay mucho que ya han ganado. Tienen derechos sexuales reproductivos que no los tienen en todos los países del mundo y no es un tema menor.
Al exponer este caso que va a incomodar a las autoridades. Ojalá éstas hagan su trabajo y dejen de revictimizarnos. No es nuestra ropa, no es nuestra actitud, es la suya. Fiscales, dejen de minimizar las denuncias y eviten los pretextos como el “seguro se fue con el novio” o “ya regresará”.
Basta ya. No nos callemos. Ni una más. Ni una menos. Duele solo de pensar en alguien de nuestra familia, fuera víctima.
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