China es un adversario colosal para la democracia y los valores de Occidente. ¿Podrá sostener su régimen e imponer un orden internacional sin derechos humanos, ni voto libre, ni expresión libre y la dignidad humana como un valor relativo? . El intelectual y periodista italiano Andrea Rizzi sostiene, en La era de la revancha, que el poder del Partido Comunista Chino se basa en “un pacto tácito sellado con la ciudadanía: prosperidad a cambio de renuncia a la libertad”. . Thomas Friedman, también periodista y escritor, habla de las trampas de China en el comercio internacional: “El mundo no permitirá que China fabrique todo y sólo importe soya y papas; Con el tiempo generará una alianza global en su contra; Una economía tan desequilibrada no es sostenible, el desempleo juvenil es del 17 por ciento…” “La prioridad que el gobierno da a la ideología del Partido Comunista y a las industrias estatales está impulsando a algunos de los innovadores más talentosos del sector privado de China a trasladar silenciosamente su dinero, sus familias, y ellos mismos, a Japón, Dubái y Singapur…”. . Hay datos concretos de sus crecientes debilidades: China envejece. Su población cayó por tercer año consecutivo en 2024, según AP. En 2024, la deuda oficial alcanzó 60.9 por ciento del PIB, pero la real –con pasivos ocultos– supera el 124 por ciento (del PIB), según OMFIF (“China eleva su techo de deuda”, marzo 2025), un think tank independiente con sede en Londres y en Singapur. . Las plataformas de deuda (LGFVs), que son entidades financieras creadas por los gobiernos locales en China para financiar proyectos públicos –infraestructura, vivienda, transporte– sin que esa deuda figure oficialmente en los presupuestos locales, acumulan billones de dólares, con 800 mil millones en riesgo de impago. . El golpe mayor: los proyectos fallidos de fábricas de chips –las “fábricas zombi”– echaron a la basura entre 50 mil y 100 mil millones de dólares en inversiones públicas y privadas sin resultados, según Tom’s Hardware (“Las fábricas zombi frenan la ambición china de fabricar chips”, 27 de junio de 2025). . La tecnología clave sigue en manos de Occidente. El régimen de Xi Jinping controla, pero no crea. . China obtuvo apenas 9 puntos sobre 100 en el Índice Global de Libertad Política (Freedom House, Informe Mundial 2025 sobre la Libertad). . La represión, documentada por Human Rights Watch (“China: la represión interna y la centralización del poder”, enero 2025), ha sofocado el talento, la iniciativa empresarial y la creatividad. . De acuerdo con el Índice de Tecnologías Críticas y Emergentes, que compara a 25 países, Estados Unidos mantiene el liderazgo global en tecnologías críticas. . Su ventaja, indica, se basa en un ecosistema de innovación descentralizado, inversión masiva y atracción de talento, lo que le permite “agrupar conocimientos y escalar innovaciones como ningún otro país”. . El estudio destaca que la ventaja de Estados Unidos en fabricación de chips, diseño y herramientas se sostiene en capacidades técnicas y de capital que China aún no iguala. . Washington domina en el sector espacial, gracias a sus alianzas público-privadas, que han aumentado lanzamientos y reducido costos. Según el índice, esta ventaja refuerza su poder frente a China y Rusia, cuyos avances aún no amenazan el liderazgo estadounidense. . El informe advierte que este dominio depende de sostener la inversión en investigación y la cooperación con aliados. . Dicho con otras palabras, si Trump no acaba por estrangular a sus fuentes de saber –es decir, a sus universidades y centros de investigación–, no dinamita la relación con sus aliados y se abstiene de erosionar a gobiernos democráticos en Europa, China no logrará imponer su voluntad global. . Resulta Trumph una variable negativa para Estados Unidos en el mediano plazo. Según Inteligencia Artificial: “El poder de China es real, pero sus límites son más profundos que sus ambiciones”. ¡¡¡Comparte!!! Ya tú sabes…