Entrevista con Harari 1ª parte

Yuval Noah Harari escribe sobre la evolución humana como filósofo e historiador. Su última obra, Nexus: Una breve historia de las redes de información desde la Edad de Piedra hasta la IA, examina la evolución de las redes de comunicación humanas y la posibilidad de que la inteligencia artificial (IA) nos gane en nuestro propio terreno.
Harari es actualmente catedrático de Historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén y un destacado investigador principal en el Centro para el Estudio del Riesgo Existencial de la Universidad de Cambridge.
Finanzas & Desarrollo: Uno de los principios básicos de su historia del Homo sapiens es que somos los únicos con la habilidad de imaginar el futuro. ¿Cómo es que la narración nos ha permitido predominar sobre otras especies que están evolucionando a la par de nosotros?
YNH: El poder radica en la cooperación. Por ejemplo, los chimpancés pueden cooperar únicamente en grupos muy pequeños, pero la cooperación del Homo sapiens es ilimitada. Hoy hay 8.000 millones de personas en el mundo que, a pesar de muchas diferencias y conflictos, pertenecen casi sin excepción a las mismas redes comerciales. Muchos de los alimentos, la energía que consumimos y la ropa que usamos vienen del otro extremo del mundo, de manos de gente con la que nunca nos cruzamos. Estas amplias redes de cooperación son nuestro superpoder y están basadas en la confianza. Entonces hay que preguntarse de dónde surge la confianza entre extraños. De las “historias”.
La confianza se forja contando historias en las que cree mucha gente. Es más fácil verlo en el caso de la religión: millones de extraños pueden cooperar en obras benéficas como la construcción de hospitales o luchar en guerras santas porque creen en la misma mitología. Pero lo mismo ocurre con la economía y el sistema financiero porque ningún relato ha tenido jamás tanto éxito como la historia del dinero. Básicamente, es la única historia en la que cree todo el mundo.
F&D: Pero usted se refiere al dinero como un mero artificio cultural.
YNH: Efectivamente. El dinero es un cuento, un invento; no tiene valor objetivo. Uno no puede comer ni beber billetes ni monedas, pero puede darle a un extraño un trozo de papel que no vale nada a cambio de un pan que sí puede comer. La premisa fundamental es que todos creemos en la misma narrativa sobre el dinero; si dejamos de creer, todo se viene abajo. Esto ha ocurrido a lo largo de la historia, y sucede hoy con los nuevos tipos de monedas. ¿Qué son los bitcoines, la red Ethereum y todas estas criptomonedas? Son narraciones. Su valor depende de las historias que la gente cuenta y cree. Y el valor de los bitcoines aumenta y se diluye a medida que aumenta y se diluye la confianza de la gente en esa narración.
Finanzas & Desarrollo: Según su último libro, Nexus, estamos dejando la economía del dinero por una economía basada en el intercambio de información, no de monedas. ¿Cómo es la economía de la información?
YNH: Le doy un ejemplo: una de las empresas más importantes en mi vida es Google. La uso todos los días, todo el día. Pero mi estado de cuenta del banco no muestra ningún canje de dinero; ni yo le pago a Google ni Google me paga a mí. Lo que me da Google es información.
F&D: Y usted le da información a Google.
YNH: Usted lo ha dicho. Le doy a Google mucha información sobre lo que me gusta, lo que no me gusta y lo que pienso, cualquier cosa, y Google la utiliza. En el mundo entero, cada vez más transacciones siguen este formato de información a cambio de información, y no algo a cambio de dinero. Y el poder, la riqueza y el significado de la riqueza pasan de tener mucho dinero a tener muchos petabytes de información. ¿Qué ocurre cuando la gente y las empresas más poderosas son ricas en el sentido de que tienen una gigantesca cantidad de información almacenada que ni siquiera se molestan en monetizar, en canjear por dinero, porque pueden obtener todo lo que quieren a cambio de información? ¿Para qué necesitamos dinero? Si la información sirve para comprar bienes y servicios, el dinero resulta innecesario.

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