La Caída de Siria. El hecho de que diferentes grupos de la oposición hayan ocupado varias zonas que alguna vez estuvieron bajo el control del gobierno apunta a un hecho crucial: Siria está dividida de facto. El noroeste está controlado por la organización islamista Hayat Tahrir al-Sham y el Ejército Nacional Sirio, respaldado por Turquía. El noreste está bajo el mando de las Fuerzas Democráticas Sirias, lideradas por los kurdos y apoyadas por Estados Unidos. A pesar de un objetivo compartido de derrocar a Assad y de la ofensiva conjunta sobre Alepo, los conflictos entre Hayat Tahrir al-Sham y el Ejército Nacional Sirio son frecuentes. Hayat Tahrir al-Sham, liderada por Abu Mohammad al-Golani, pretende reafirmar su control sobre las zonas controladas por la oposición, incluidas las que actualmente gestiona el Ejército Nacional Sirio. El Ejército Nacional Sirio y Hayat Tahrir al-Sham mantienen relaciones complejas, a menudo conflictivas, con las Fuerzas Democráticas Sirias, condicionadas por diferencias ideológicas, territoriales y estratégicas. El Ejército Nacional Sirio, respaldado por Turquía, suele enfrentarse directamente a las Fuerzas de Defensa Siria, a las que Turquía considera una organización terrorista y una rama del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, contra el que lucha en el sur de Turquía desde hace más de cuatro décadas. En cuestión de días, las fuerzas de la oposición tomaron la importante ciudad de Alepo antes de avanzar al sur hacia otras zonas controladas por el gobierno: Hama, Homs y, finalmente, el 7 de diciembre de 2024, la capital, Damasco. La ofensiva fue aún más sorprendente si se tiene en cuenta que la guerra civil de 13 años se encontraba en gran medida en un punto muerto desde un alto al fuego negociado en 2020 por Rusia y Turquía. El presidente Bashar al-Assad ha dimitido y se refugió con su familia en Rusia. Pero, ¿qué ha dejado atrás y qué ocurrirá a continuación? La capacidad de las fuerzas de oposición para mantener la unidad será decisiva en la transición hacia una Siria post-Assad. Desde que comenzó la guerra civil en 2011, las numerosas facciones de la oposición en Siria se han visto fracturadas por diferencias ideológicas y los intereses de sus patrocinadores externos, y eso sigue siendo así a pesar de la actual victoria. Mientras tanto, el rápido cambio de suerte en la guerra civil de Siria plantea serias preguntas para los países que han apoyado a uno u otro bando en el conflicto. Para Irán y Rusia, la caída de su aliado Assad dañará las aspiraciones regionales. Para los partidarios de elementos de la oposición -notablemente Turquía, pero también Estados Unidos, que mantienen una presencia militar en Siria– también habrá desafíos. Irán, Estados Unidos, Rusia y Turquía han sido actores cruciales a lo largo de la guerra civil de Siria. La reciente ofensiva de la oposición se produjo cuando los tres aliados clave de Assad –Rusia, Irán y el Hezbollah de Líbano– se encontraban al límite de sus posibilidades. La atención de Rusia a Ucrania y los reveses sufridos por Irán a causa de los ataques israelíes han limitado su capacidad de proporcionar un apoyo sólido a Assad, mientras que Hezbollah parecía vacilar a la hora de enviar más combatientes, como había hecho anteriormente. Luego, el 2 de diciembre, mientras las fuerzas de la oposición estaban en movimiento, Rusia comenzó a retirar activos navales de su base estratégica en Tartus, Siria, en el Mediterráneo. Esta erosión del respaldo externo socavó sustancialmente la capacidad de Assad de reagruparse y montar una contraofensiva eficaz. Sin duda, Estados Unidos acogerá con agrado esta disminución de la influencia rusa e iraní en Siria, pero ya se ha expresado la preocupación en Washington por un escenario de “éxito catastrófico” en el que Assad sea reemplazado por un grupo islamista que muchos en Occidente consideran terrorista. Fueron miembros del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (Organización para la Liberación del Levante), o HTS, los que encabezaron gran parte de los avances de la oposición en Siria, luchando junto al Ejército Nacional Sirio, respaldado por Turquía. Y aunque Hayat Tahrir al-Sham no ha atacado directamente a las tropas estadounidenses estacionadas en el noreste (que está bajo el control de las Fuerzas Democráticas Sirias lideradas por los kurdos), la inestabilidad y la posibilidad de enfrentamientos entre las facciones de la oposición y los aliados de Estados Unidos podrían aumentar los riesgos para los 900 efectivos estadounidenses estacionados en Siria. Comunicar es compartir ¡¡¡Comparte!!! Ya tú sabes