Crédito Mundial sin Control
El mercado de crédito privado, en el que instituciones financieras no bancarias especializadas, como los fondos de inversión, prestan a prestatarios corporativos, superó los 2,1 billones de dólares a nivel mundial el año pasado en activos y capital comprometido. Alrededor de tres cuartas partes de esta cifra se produjo en Estados Unidos, donde su cuota de mercado se acerca a la de los préstamos sindicados y los bonos de alto rendimiento.
Este mercado surgió hace unas tres décadas como una fuente de financiamiento para empresas demasiado grandes o riesgosas para los bancos comerciales y demasiado pequeñas para obtener deuda en los mercados públicos. En los últimos años, ha crecido rápidamente a medida que características como la velocidad, la flexibilidad y la atención han demostrado ser valiosas para los prestatarios. Los inversores institucionales, como los fondos de pensiones y las compañías de seguros, han invertido con entusiasmo en fondos que, aunque ilíquidos, ofrecían mayores rendimientos y menos volatilidad.
El crédito corporativo privado ha creado importantes beneficios económicos al proporcionar financiamiento a largo plazo a los prestatarios corporativos. Sin embargo, la migración de estos préstamos de los bancos regulados y los mercados públicos más transparentes al mundo más opaco del crédito privado crea riesgos potenciales. La valoración es poco frecuente, la calidad crediticia no siempre es clara o fácil de evaluar, y es difícil entender cómo pueden estar aumentando los riesgos sistémicos dadas las interconexiones poco claras entre los fondos de crédito privados, las empresas de capital privado, los bancos comerciales y los inversores. Hoy en día, los riesgos inmediatos para la estabilidad financiera derivados del crédito privado parecen ser limitados. Sin embargo, dado que este ecosistema es opaco y está altamente interconectado, y si el rápido crecimiento continúa con una supervisión limitada, las vulnerabilidades existentes podrían convertirse en un riesgo sistémico para el sistema financiero en general.
Es imperativo adoptar una postura regulatoria y supervisora más vigilante para monitorear y evaluar los riesgos en este mercado.
• Las autoridades deberían considerar la posibilidad de adoptar un enfoque más activo de supervisión y regulación del crédito privado, centrado en el seguimiento y la gestión del riesgo, el apalancamiento, la interconexión y la concentración de las exposiciones.
• Las autoridades deben mejorar la cooperación entre industrias y fronteras nacionales para abordar las lagunas de datos y hacer que las evaluaciones de riesgos sean más coherentes en todos los sectores financieros.
• Los reguladores deben mejorar las normas de presentación de informes y la recopilación de datos para supervisar mejor el crecimiento del crédito privado y sus implicaciones para la estabilidad financiera.
• Los reguladores de valores deben prestar mucha atención a la liquidez y al riesgo de conducta en los fondos de crédito privados, especialmente los minoristas, que pueden enfrentarse a mayores riesgos de reembolso. Los reguladores deben aplicar las recomendaciones sobre el diseño de productos y la gestión de la liquidez del Consejo de Estabilidad Financiera y de la Organización Internacional de Comisiones de Valores. FMI Estudio sobre riesgos financieros mundiales, cap. 2.
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