Perspectiva 2025

El 2025 está aquí, y si algo hemos aprendido, es que prever lo que viene en la economía mexicana puede ser tan desafiante como armar el presupuesto navideño sin que se desborde. Sin embargo, hay señales y tendencias claras que ya nos dan pistas sobre el rumbo que podría tomar nuestra economía el próximo año. Dicen por ahí que el pronóstico de la economía es como leer el tarot, enigmático e incierto.

El Comercio con Estados Unidos: Un Camino con Obstáculos, relación comercial entre México y Estados Unidos siempre ha sido una pieza central de nuestra economía. En 2025, este vínculo estará en la lupa, especialmente con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Hasta los canadienses andan acalambrados por ese señor y sus procesos electorales.

El nuevo (viejo) presidente ha prometido “revisar” acuerdos como el T-MEC, lo que podría generar incertidumbre para las exportaciones mexicanas, en especial en sectores como el automotriz y el agroindustrial. Sin embargo, el nearshoring sigue siendo un rayo de esperanza: las empresas globales buscan acortar sus cadenas de suministro, y México sigue siendo un lugar atractivo por su ubicación estratégica y mano de obra calificada. Pero hay que agilizar inversiones en infraestructura para no perder esta ventaja competitiva. Pero Urgente, aprovechar las inversiones del interoceánico y crear nuevos parques cerca de los puertos de altura.

Sobre inflación, después de dos años con la inflación como tema de sobremesa, 2025 apunta a una ligera moderación en los precios. Según las proyecciones del Banco de México, la inflación podría mantenerse alrededor del 4%, un nivel más manejable que en años anteriores.

Pero cuidado: factores externos, como los precios internacionales del petróleo y los alimentos, podrían hacer que esta meta tambalee. Así que, aunque podamos ver estabilidad en algunos productos, puede seguir siendo un tema de debate nacional.

El consumo es el Motor Que Nunca Se Apaga. El consumo interno ha sido, y seguirá siendo, uno de los pilares más sólidos de la economía mexicana. En 2025, las familias mexicanas tendrán más opciones de financiamiento, gracias a una mayor digitalización de los servicios financieros y el crecimiento de las fintech.

Las remesas que en la medida de la persecución de migrantes en USA, tenderán a ir a la baja y los fondos sociales, serán factor de consumo sostenido.

Las plataformas de compra ahora y paga después (crédito) seguirán ganando popularidad, permitiendo a más personas adquirir productos sin sacrificar tanto su presupuesto mensual. Sin embargo, es fundamental que los consumidores no pierdan de vista los intereses acumulativos, porque, como dicen, “lo barato puede salir caro”.

Por otro lado, el crecimiento del comercio electrónico promete nuevas oportunidades tanto para consumidores como para pequeñas y medianas empresas (PyMEs). Con un mercado digital en expansión, 2025 podría ser el año en que más mexicanos encuentren su producto favorito con un solo clic.

Inversión Pública y Privada: ¿Llegará el Dinero Donde Más Se Necesita? En 2025, el gobierno mexicano tendrá que equilibrar dos prioridades: mantener la estabilidad fiscal, fomentar la inversión pública en sectores estratégicos, como infraestructura y energía, y crear condiciones para la inversión privada, nacional y extranjera (IED).

La gran pregunta es si los recursos se asignarán eficientemente. Si bien se prevé un aumento en proyectos de infraestructura, especialmente en el sur del país, la inversión privada seguirá siendo clave para impulsar el crecimiento económico. Aquí, la confianza de los inversionistas será un factor decisivo, y esto dependerá, en gran medida, de la percepción sobre estabilidad política y legal en México.

El Contexto Global: Factores que No Podemos Ignorar
El 2025 estará marcado por el impulso global hacia la transición energética y la lucha contra el cambio climático. México, como país emergente, tendrá que decidir si acelera su transición hacia energías limpias o si sigue dependiendo de los hidrocarburos como principal fuente de ingresos. Las dos opciones implican inversiones importantes y las soluciones serán el equilibrio costo-beneficio, corto, mediano y largo plazo.

Además, la desaceleración económica en países clave, como China, podría afectar la demanda de productos mexicanos en mercados internacionales. Sin embargo, si jugamos bien nuestras cartas en el comercio regional, podríamos amortiguar estos impactos. Los convenios en el T-Mec podrán marcar restricciones con el comercio chino.

2025 será un año para planificar con estrategia. Desde el ahorro inteligente hasta aprovechar oportunidades en financiamiento y consumo digital, los mexicanos tendremos que adaptarnos a los cambios con creatividad y cuidado. Y sí, aunque el panorama puede parecer complicado, no olvidemos que nuestra capacidad para reinventarnos sigue siendo una de nuestras mayores fortalezas.

Que 2025 sea para los mexicanos próspero y Lleno de Oportunidades. .
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