Optimismo Económico

Optimismo Económico

La actividad económica en México sigue mostrando resiliencia (capacidad de supervivencia) y después de un primer trimestre del año en el que el crecimiento sorprendió al alza, los indicadores más recientes continúan exhibiendo señales de fortaleza.

En un reporte sobre el crecimiento de 1 por ciento mensual de la producción industrial en mayo elaborado por sus economistas Steven Palacio y Gabriel Lozano, el banco de inversión JP Morgan destaca que “un tema recurrente a lo largo del año han sido las sorpresas al alza en los datos de actividad” económica.

Victor Piz del Financiero opina: “Aunque hemos estado y nos mantenemos entre los que pronostican un mayor crecimiento este año (2.9 por ciento anual), los datos siguen presentando riesgos al alza”.

Estas señales de fortaleza, sobre todo en la demanda interna, podrían ayudar a compensar una desaceleración prevista a partir del segundo semestre del año.

La expectativa proveniente de la encuesta que levanta cada mes el Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF entre ejecutivos de finanzas confirma que las perspectivas de crecimiento para 2023 siguen revisándose al alza.

En la encuesta de julio los pronósticos de crecimiento económico para este año se incrementaron a 2.4 por ciento desde 2 por ciento en junio.

Además, el 64 por ciento de los 40 analistas participantes en la encuesta –todos economistas con amplia experiencia y reconocido prestigio– revisó al alza su previsión del PIB.

El estimado más optimista es un crecimiento de 3 por ciento y el ‘más pesimista’ es uno de 1.5 por ciento.

La expectativa de crecimiento para 2024 se mantuvo en 1.8 por ciento por tercer mes consecutivo.

En el mismo sentido que los economistas de JP Morgan, el equipo de Análisis Económico de Banorte, encabezado por Alejandro Padilla, anunció en la semana una revisión al alza en su pronóstico de crecimiento para este año de 2 a 2.7 por ciento. Su argumento es que “la economía ha sido más fuerte de lo esperado por la mayoría de los participantes del mercado”.

Reconoce que en Banorte “permanecemos relativamente más optimistas, por lo que hemos realizado sólo ligeras modificaciones a nuestra expectativa del 2023 y 2024″, año para el que recortaron su estimado de 2.3 a 1.8 por ciento.

Otra institución que anunció una revisión en sus pronósticos económicos fue Casa de Bolsa Finamex, que elevó su expectativa de crecimiento para México en 2023 de 1.9 a 2.5 por ciento.

Su economista en jefe, Jessica Roldán, explicó a Víctor Piz que “esta cifra (de 2.5 por ciento) tiene ciertos riesgos al alza, porque el primer trimestre del año salió relativamente bien y es posible que el segundo trimestre tenga también un crecimiento alto, probablemente un poco menor al del primero, pero todavía en buen terreno”.

De acuerdo con la analista, “no es sino hasta la segunda mitad del año que esperamos una desaceleración un poco más pronunciada”. Para el año entrante Finamex anticipa una desaceleración adicional que provocará un crecimiento del PIB de sólo 1.7 por ciento en 2024. Sobre los retos hacia delante para la economía mexicana, más allá de 2023, Roldán advierte que estamos en un momento de bastante incertidumbre.

Esto, mencionado por la economista en jefe de Finamex, Jessica Roldán; es exactamente el meollo del desarrollo económico de México, que va bien por su producción: “Evidentemente una de las grandes interrogantes del próximo año es si México va a poder sortear los retos de Estado de derecho, de infraestructura y de acompañamiento de la tendencia de reconfiguración de las cadenas de suministro” con políticas públicas orientadas a su correcto aprovechamiento.

Dado que la evidencia del nearshoring en los datos agregados aún no es evidente, el reto es que el proceso de relocalización “empiece a materializarse en cifras de inversión que generen un crecimiento económico más sostenido”.

Otro de los factores que va a estar en el radar de los analistas de mercados es la volatilidad que pueden causar los próximos procesos electorales en México y Estados Unidos, cuyo común denominador es la exacerbada polarización social.

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