Gasto y Déficit

El mayor gasto y déficit presupuestal planteado por el gobierno mexicano para 2024 presionaría la política monetaria y la tasa de inflación en el país, advirtió Bank of America Securities (BofA Securities).

El pasado 8 de agosto, el Gobierno mexicano envió al Congreso su Paquete Económico 2024, el cual estima un déficit presupuestal de 5.4% como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), el mayor en más de 19 años, y un gasto mayor en 1.2 puntos del PIB. El deficit es menor recaudación de la necesaria o presupuestada. El gobierno considera recaudar menos en 2024.

De acuerdo con BofA Securities, un mayor déficit fiscal ejerce una presión alcista sobre la tasa de interés del Banco de México (Banxico), ya que significa más emisión de la esperada con antelación, lo que “volvería a poner sobre la mesa la posibilidad de eventuales rebajas de calificación”. Más emission de papel commercial que significa deuda.

Para el Bank of América, el principal impulsor del deterioro fiscal será el aumento del gasto propuesto de 1.2 puntos del PIB, respecto a 2023, la mayor parte destinada a los programas sociales como la Pensión a los Adultos Mayores, que será histórica.

Sin embargo, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador pronosticó una caída en los ingresos del 21.7% al 21.3% del PIB en 2024.

“Una desaceleración del PIB es un riesgo a la baja para los ingresos. Y vemos riesgos al alza para el gasto: mayores tasas de interés a más largo plazo, mayor apoyo a Pemex y potencialmente unas elecciones federales reñidas”, señaló el banco de inversión. Como motivos fundamentales para la confianza en la economía y finanzas de México.

No se prevé una crisis como tal en 2023; el efecto del déficit será para finales de 2024 que significará un incremento a la deuda nacional. Esto si no pasa algo desestabilizador; un terremoto, un huracán, sequía.

La deuda de Pemex es un factor de desconfianza financiera, si baja la calificación sus papeles de deuda, bonos, etc... Pierden versatilidad y bajan en su cotización, aunque están apalancados por el Gobierno y con tasas muy altas; pero hay que pagar dividendos.

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