Afganistán Primera Parte



Afganistán Primera Parte

La retirada de Occidente de Afganistán significa que hay mucho en juego para China, Rusia, Pakistán e Irán, Adaptarse al cambio de poder en Afganistán. Esa es la premisa de varios países.

En esta primera parte veremos las posiciones de Pakistán, Rusia, China e Irán; en la segunda: Estados Unidos y sus aliados occidentales, Unión Europea y Grand Bretaña; Y, Grupos Islámicos

Con Pakistán comparten una frontera de 2.400 km y por lo menos 1,4 millones de refugiados afganos están registrados en Pakistán, aunque se calcula que otros tantos viven allí indocumentados. Estas son solo algunas de las razones por la que Pakistán tiene mucho que perder con la inestabilidad en Afganistán, siendo, quizás, la capital Islamabad la región con más vínculos con los talibanes.

Los talibanes, o "estudiantes" en lengua pastún, surgieron a principios de la década de 1990 en el norte de Pakistán. Muchos de los afganos que se unieron inicialmente al movimiento fueron educados en las madrasas (escuelas religiosas) paquistaníes.

Aunque siempre ha negado haber ayudado a los talibanes, Pakistán fue uno de los tres únicos países, junto con Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), que reconoció al grupo cuando tomó el poder en Afganistán en la década de 1990.

La mayor parte del comercio de Afganistán pasa por Pakistán, incluido el de productos básicos como la harina, el arroz, las verduras, el cemento y el material de construcción. Además, Pakistán quiere crear "un puente económico terrestre" con las repúblicas de Asia Central a través de Afganistán, ayudando a conectar al país con la economía de la región en general. Esta dependencia económica podría animar a los talibanes a cooperar con Pakistán en una serie de asuntos, incluida la seguridad.

Pakistán prevé lograr mejor equilibrio político con la India, mejorando su relación con Afganistán. \

En la memoria rusa está todavía la guerra de una década que libró -y perdió- la Unión Soviética contra los insurgentes afganos entre 1979 y 1989. La principal preocupación de la nación más grande del mundo es que Afganistán se convierta en un refugio seguro para los yihadistas de la región del Cáucaso, especialmente los seguidores del llamado Estado Islámico (EI), que son enemigos tanto de Rusia como de los talibanes; Moscú no tardó en reconocer el poder de los talibanes y comenzó a relacionarse con el grupo, incluso antes de que las tropas occidentales comenzaran a retirarse.

Los intereses de China en Afganistán son económicos y también de seguridad. Con la retirada de Estados Unidos, las empresas chinas se encuentran en una buena posición para explotar el potencial minero de Afganistán, incluidas las "tierras raras", 17 elementos químicos poco comunes en estado puro, que se utilizan en los microchips y otras tecnologías de vanguardia.

Los expertos estadounidenses estiman que las reservas afganas tienen un valor de US$1 billón, mientras que el propio gobierno afgano estima que su valor es tres veces mayor.

Desde un punto de vista estratégico, el gobierno chino tiene buenas razones para adentrarse más en Afganistán: el país está situado en un cruce decisivo para la iniciativa china del "cinturón económico de la ruta de la seda", que incluye proyectos comerciales y de infraestructuras tanto en Irán como en Pakistán. Y al igual que a Moscú, a Pekín le preocupa que Afganistán pueda ser utilizado como refugio para los extremistas de la zona, especialmente dada la situación en la región occidental china de Xinjiang.

Irán lleva colaborando con los talibanes "desde hace algunos años", especialmente a través de la Fuerza Quds, una rama del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) especializada en la guerra no convencional y operaciones de inteligencia militar considerada por Estados Unidos como un grupo terrorista. Esa república islámica "mantiene una relación de trabajo con los talibanes".

"Ha acogido a los líderes talibanes y también les ha proporcionado armas y apoyo financiero. A cambio, los talibanes se han mostrado más complacientes con los chiíes afganos, en particular con la comunidad hazara, razón por la cual el corazón de los hazara en el centro de Afganistán cayó en manos de los talibanes sin que se disparara una sola bala". Sin embargo, a pesar de que su posición se ha suavizado, ha habido numerosos informes de maltrato a la minoría hazara por parte de los soldados talibanes.

El aislamiento global de Afganistán permitiría a Irán aumentar su influencia en el país; llevar la estabilidad a Afganistán también reduciría el flujo de inmigrantes hacia Irán, que actualmente acoge a 780.000 refugiados y solicitantes de asilo afganos, según la Agencia de la ONU para los Refugiados. (Con información de BBC News)

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