La probabilidad de una crisis económica de final de sexenio —caída abrupta del Producto Interno Bruto (PIB), inflación anual de dos o más dígitos, altas tasas de interés reales, devaluación del tipo de cambio, problema de solvencia de los bancos— es muy baja. Para el Gobierno la sucesión presidencial es prioritaria. Sabe que una crisis económica es la mejor fórmula para perder el poder. Por eso, desde un principio, AMLO ha sido razonablemente disciplinado en el manejo de las finanzas públicas, ha sido más ortodoxo neoliberal que populista irresponsable. Créalo o no. Mantener en orden las finanzas públicas le ha dado credibilidad a este gobierno en los mercados financieros. Y por eso los mercados bursátiles transitan sin alegría por la poca inversión, pero con cierta tranquilidad. La semana pasada, la secretaría de Hacienda presentó ante el Congreso su propuesta de Paquete Económico 2024. Sí contempla, como se espera en año electoral, un incremento en el gasto público. El gobierno pretende incrementar en términos reales un 4.3% del gasto neto en 2024 con respecto a 2023. Se gastará un total de nueve billones 66 mil millones de pesos. Cantidad razonable dentro de parámetros seguros. El 22% de este total se irá a pagar pensiones, un rubro que sigue creciendo en el Presupuesto por el envejecimiento que está teniendo la sociedad. Estamos hablando de un billón 99 mil millones de pesos. De este monto, 465 mil millones corresponderán al programa social de pensiones universales para adultos mayores. Sin duda, el próximo gobierno tendrá que hacer algo para cubrir todas las pensiones existentes, pero, por lo pronto, el e AMLO ya salvó el sexenio con estas cifras. En cuanto a rubros específicos, destacan incrementos para la secretaría de la Defensa Nacional (142 mil 150 millones de pesos) para la obra del Tren Maya, la secretaría de Energía (171 mil millones de pesos) con el fin de transferir dinero a Pemex (que se ha convertido en un barril sin fondo para el gobierno federal) y la secretaría del Bienestar (109 mil 398 mil millones de pesos) dirigidos a cubrir el aumento a los montos del programa social estrella de este gobierno, es decir, las pensiones para adultos mayores. En 2023, de acuerdo al Paquete presentado la semana pasada, la deuda pública; el SHRFSP alcanzará un nivel equivalente al 46.5% del PIB. Se prevé que en 2024 llegue al 48.8%, 2.3 puntos más que este año. Sí, el gobierno se endeudará más, pero se trata de un aumento razonable que dejará al país en niveles de la deuda por debajo del promedio de todos los países de América Latina y el Caribe (alrededor del 70% del PIB). Se mantiene, así, el compromiso de un manejo responsable de la deuda pública, en todo caso, la pregunta clave que podría hacerse: es ¿para qué se está utilizando el endeudamiento extra?, pero ése es otro tema. Al gobierno de AMLO hay que reconocerle su manejo razonable de las finanzas públicas que contribuye a la estabilidad macroeconómica y disminuye la probabilidad de una crisis de final de sexenio. La parte oscura es la administración de los recursos, en proyectos que se encarecen cada vez más; la disminución de recursos para salud y educación, para el Poder Judicial, el INE, y otras instituciones importantes. Por otro lado, el informe trimestral de Banco de México emitido en agosto, se destacaron los siguientes puntos: Banxico estará muy atento a las presiones inflacionarias. Las expectativas del Índice de Precios al Consumidor (IPC), de mediano plazo se mantienen estables. La fortaleza del peso mexicano es vista como un riesgo a la baja para la inflación. La tasa de desempleo en México aún está en niveles históricamente bajos. Las exportaciones de México hacia USA han aumentado. Un recorte a la tasa de política monetaria no se contempla y se mantiene en 11.25% y parece que permanecerá en ese ni ven en mediano plazo. De esta manera solo una desgracia mayor, huracanes, terremotos, cosas de ese tipo descarrilarían las finanzas de México. Oremos porque no suceda. Comunicar es compartir ¡¡¡Comparte!!! Ya tú sabes