El Amor El amor es el vínculo de afecto que nace de la valoración del otro e inspira el deseo de su bien. Puede verse como un valor o como una propiedad de las relaciones humanas. El concepto del amor es amplio y complejo. Puede referir al amor como amistad, amor romántico, amor filial, amor propio, amor místico o amor por una causa; amor por las cosas. El amor se expresa, por ejemplo, cuidar de alguien (acciones); abrazar a una persona (gestos) y comunicar frases de cariño (palabras). Las relaciones humanas son la fuente del amor. Aprendemos a amar por medio de la relación que establecemos con los demás, ya que las experiencias compartidas fortalecen los vínculos emocionales. A la vez, las relaciones de calidad se forman en la práctica del buen amor. El amor también es una decisión deliberada, una intención o un proyecto de vida. Como tal, es un valor fruto de la madurez. Una persona que toma la decisión de amar es aquella que pone en primer lugar la valoración y el bien del otro, aunque le cause dolor o aunque el otro no se lo merezca. Por ejemplo, el amor de una madre hacia un hijo. Así, el concepto del amor no debe confundirse con la simpatía, que es un sentimiento agradable de complacencia en el otro. Más bien el amor implica una actitud intencional de aceptación y un compromiso con el bien de los demás. El amor como valor garantiza el ejercicio de la solidaridad, la compasión y la cooperación mutua en una comunidad o sociedad. Desde la familia como célula fundamental de la sociedad, pasando por la escuela hasta el mundo laboral, el amor actúa como un factor cohesionador y edificante. A la vez, promueve la cultura de paz y favorece las condiciones para la prosperidad. El amor es la fuerza que nos impulsa para hacer las cosas bien, ya que hace muy clara la diferencia entre el bien y el mal. En esa medida, se relaciona con la ética y la moral, pues nos induce a actuar bien en nuestra vida y con las personas que amamos. Así nos conduce a la paz, la tranquilidad, la plenitud y el bienestar con nosotros mismos. Procura actitud moral y ética, ya que el amor procura la lealtad, el perdón, la misericordia; procura la nobleza conductual, la generosidad. El amor se expresa en toda clase de relaciones humanas, así como en la pasión por determinadas causas. Los tipos de amor pueden clasificarse según su cualidad o según a quién va dirigido, es decir, según el sujeto amado. Según el sujeto a quien va dirigido el amor, este se puede clasificar en amor filial, amor fraterno, amor romántico, amor propio y amor místico o amor a Dios. El amor romántico es aquel que se funda en la atracción sensual y el afecto genuino hacia una persona. Algunas expresiones populares describen las formas en que nace o se desarrolla, o que refiere, incluso, a la calidad del vínculo. Veamos: Amor verdadero. Es el afecto probado que una persona manifiesta por otra, capaz de superar la fase del enamoramiento inicial y cualquier adversidad. Un ejemplo de amor romántico es el de los personajes Romeo y Julieta, de la obra de William Shakespeare. Ambos se enamoran a primera vista y están condenados a vivir un amor clandestino por la enemistad entre sus familias, hasta la muerte. El amor filial es aquel que existe entre los miembros de una familia: padres, hijos, abuelos, tíos, etc. Este tipo de afecto suele mezclarse con elementos jerárquicos de autoridad, respeto y protección. Por ejemplo, los padres aman a sus hijos solo por el hecho de serlo. En cambio, los hijos aman a su padre porque los cuidan y protegen. El amor fraternal es aquel que profesamos hacia los hermanos y los amigos. A diferencia del amor filial, priva la horizontalidad y el amor recíproco. Por ejemplo, podemos señalar la amistad entre Athos, Porthos, Aramis y D’Artagnan, en la novela Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas, con su lema: “Todos para uno y uno para todos”. El amor propio implica la aceptación, el respeto, la valoración, los pensamientos positivos y las consideraciones que tenemos hacia nosotros mismos. Por ejemplo, cuidar de nuestra salud; negarnos a hacer algo dañino para nosotros; hacer cosas edificantes para nuestra mente y poner límites al abuso de los demás. El amor a Dios es una actitud en la cual la mente, el corazón y el alma están alineados con la voluntad de Dios. También implica una postura de reflexión y compromiso sincera a través de la oración, la comunión, la contrición y el amor fraterno. Por ejemplo, cumplir con las prescripciones religiosas con libertad y deseo genuino, y ofrecer a Dios el trabajo diario, hecho con esmero. El cristianismo y el Islamismo profesan el amor a un Dios y este a su vez manda el amor al prójimo; es un mandato moral pero de una gran trascendencia ya que implica una relación social de libertades e igualdad; armonía y justicia. La palabra griega philia significa amor, amistad o afición. Se caracteriza por la inclinación, el afecto y/o la admiración por el otro. Puede envolver tanto el cariño por familiares y amigos, como la inclinación por cosas, ideas o conceptos. Por ejemplo, filosofía significa amor por el conocimiento, ya que se compone del prefijo griego philos y sofía, que significa sabiduría. Eros era el nombre del dios de la atracción sensual y la fertilidad en la mitología griega. Por lo tanto, el amor como eros corresponde a la atracción, el deseo y la pasión que se genera entre dos personas. La relación establecida por medio del eros puede conducir al afecto profundo, pero no lo implica necesariamente. Muchas veces se confunde, principalmente entre jóvenes, el efecto de las hormonas, la atracción física, el instinto de reproducción, con el amor profundo. El amor verdadero es el portal a la felicidad, una persona rodeada de amor será feliz, un niño(a) que crece en medio de una familia que ama, será un niño feliz.