Las fuerzas armadas



Las fuerzas armadas
Las Fuerzas Armadas de México son el conjunto de instituciones militares constituidas legalmente para garantizar la soberanía, integridad territorial, independencia y seguridad interior del país; además de colaborar con las autoridades para auxiliar a la población en situaciones de emergencia social, así como promover acciones cívicas o de beneficio comunitario. El presidente de México es el comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, lo que lo convierte en el único facultado para disponer de ellas; sin embargo, la legislación normativa y la autorización de sus acciones están supeditadas al Senado de la República. Están integradas por tres instituciones militares permanentes, agrupadas en dos Secretarías de Estado que son: Secretaría de la Defensa Nacional (a cargo del Ejército Mexicano y la Fuerza Aérea Mexicana) y Secretaría de Marina (a cargo de la Armada de México).
Actualmente las Fuerzas Armadas de México se destacan por el combate permanente contra el tráfico de narcóticos y en el auxilio a la población civil ante desastres naturales.
Todos los ciudadanos mexicanos varones tienen obligación legal de prestar un año de servicio militar obligatorio al cumplir los 18 años de edad, que es la mayoría de edad en México. Este servicio se hace mediante sorteo de los conscriptos; sin embargo, se puede ingresar voluntariamente en las Fuerzas Armadas desde los 16 años de edad, con consentimiento de los tutores legales.
Estas fuerzas armadas tienen la singularidad por ser las únicas del mundo que no están en una misma Secretaría o Ministerio y que no tienen un Estado Mayor Conjunto de Operaciones.
Esta división fue motivada por no poner todo el poder en una sola canasta; la experiencia de golpes de estado, el Maximato, hicieron que a través de la vía democrática se transitara de los militares al poder civil como proceso de pacificación y de pretender un aparato de justicia civil; y a los militares se les dejó un aparato de justicia militar.
La creación de la Guardia Nacional en substitución de la Policía Federal, fue fundado en que la Policía Federal era una institución profundamente corrompida e insalvable. La tarea de crear la Guardia Nacional no era tarea fácil, pero había que cubrir el espacio tan necesario en la vigilancia y persecución del delito; así que se reclutó dentro de las fuerzas armadas al personal que hoy compone el 85% del mencionado cuerpo.
Varios problemas derivan de esta situación, la primera es que no es lo mismo Policía que Ejército, la primera tiene que investigar los hechos delictivos en su primera instancia salvaguardar los lugares de hechos para que las fiscalías asuman el proceso de investigación de manera científica e inteligente, proteger a los civiles en cualquier circunstancia de riesgo; para todo esto los grupos policíacos tienen que tomar decisiones, aplicar protocolos y métodos policiacos para su eficiente desempeño. El caso del Ejército es otro, este cuerpo tiene que actuar como un solo hombre, en su entrenamiento y disciplina esta su eficiencia, su inteligencia está separada del cuerpo y su estructura de mando es muy lineal; en esto se fundamenta su eficacia.
De los argumentos en el combate al crimen organizado está el que el ejército tiene el armamento suficiente para tener un dominio en la fuerza. De estas razones se desprende la necesidad de tener una Policía preparada capaz para prevenir y perseguir el delito, así como dar a la policía investigadora la mayor parte de los elementos posibles para su cometido.
Otros problemas, segundo lugar, es que, si la Guardia Nacional no tiene un mando civil, entra en la línea del Ejército, legalmente en ¿qué área de justicia se tutelará su conducta? ¿Todo quedará entre tribunales militares?
La fuerza del Ejército es muy potente, por eso hay muchas violaciones a los derechos humanos; es una proporción de fuerza que no encaja en la sociedad que está obligada a proteger.
Finalmente, la política; las malas decisiones en el poder ejecutivo crean fuerzas armadas muy poderosas y sectoriales, los que van a combatir al crimen y los que van a administrar los bienes como como el AIFA, el tren Maya, otros aeropuertos, posiblemente hasta una línea aérea, negocio en el que han fracasado grandes empresarios, ahora lo van a intentar militares ¿para eso los entrenaron? ¿El Colegio Militar ya tiene su área de Administración privada o superior?
No es posible convertir militares en empresarios, comprobado está por la historia no tan reciente que el gobierno no puede administrar empresas; que son proclives a la corrupción. Veremos militares muy ricos y militares clase media arriesgando la vida.
Establecidos los intereses de grupo, ¿cómo se va a ordenar eso?, los que tengan buenas entradas de dinero no van a querer dejarlas. ¿Y el presupuesto junto con las actividades empresariales, de las fuerzas armadas como se va a administrar?, ¿mismo sistema fiscal?; ¿a quién le entregaran cuentas?
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