Crece la Violencia



Crece la Violencia
Se contabilizan en lo que va del sexenio más de 160 mil muertes ocurridas de forma violenta y que a estas se suman más de 43 mil desapariciones. México ocupa el séptimo lugar mundial en feminicidios y el deshonroso primer lugar en periodistas asesinados. Hay otras cifras que se traducen en dolor y muerte, y que enmarcan este sexenio y la creciente violencia que se vive en nuestro país.
Estamos atestiguando el uso de minas explosivas, ataques con drones, ciudades tomadas, Chilpancingo recientemente, hace un par de años, Culiacán; muchas más muertes que lo que va de la guerra Rusia-Ucrania, fosas clandestinas, carreteras bloqueadas, cobro de piso, trata y amenazas a productores, a comerciantes. Conocemos de sobra el fenómeno de la ruta Veracruz –Puebla, donde hay asaltos casi diario, igual en la ruta de cuota como la libre y el ferrocarril, y nunca hay una autoridad para contener los delitos. Un largo etcétera.
Sí, la violencia escala. Ahora los grupos del crimen organizado utilizan cochesbomba, granadas, explosivos y minas, y disparan más de mil tiros contra camionetas blindadas para matar a un autodefensa. Sin olvidar los “mensajes” que envían un día sí y otro también por vía de cuerpos mutilados en bolsas o que dejan colgando como guiñapos de puentes peatonales a lo largo y ancho de la República.
El cobro de piso, extorsión, se ha vuelto una de las variables más costosas para comerciantes y proveedores industriales, y ha llegado hasta los niveles mas humildes de la sociedad; mermas sin precedentes a las actividades económicas de pequeños y medianos productores. Las últimas muestras se dieron en el mercado central de Toluca.
Violencia que ya no ocurre entre narcos solamente, sino que debe considerarse terrorismo puro y duro pues el objetivo es sembrar terror y crear desestabilización social. La mayoría de las veces los afectados son civiles inocentes.
Grupos que cuentan con el poder y la metralla capaz de cerrar una autopista para descargar un trayler nodriza que por ella circulaba y llevarse más de 10 camionetas de lujo a plena luz del día. Treinta minutos donde no se apareció ninguna autoridad. El daño a particulares, no a otro grupo criminal.
Aunque autoridades dijeran que se trató de una emboscada, terrorista es el que utiliza explosivos para matar policías como sucedió en Tlajomulco, Jalisco, con el asesinato de seis policías.
Hay balaceras por todos lados, con drones, con vehículos blindados, calibres de muy alto poder; equipo táctico, de comunicaciones y vehicular. Y no solo atacan a la Guardia Nacional, el Ejercito, la Armada y a todas las policías; además de entre los grupos que se disputan territorio, vías de trasiego, zonas de cultivo y ojo, espacios políticos; con la 4t han llegado a presidencias municipales, diputaciones y hasta senadurías personas vinculadas al crimen organizado.
Nuestro gobierno argumenta que si dichos ataques (o cualquier otro como los antes descritos) son clasificados como “terrorismo”, los ultraconservadores de Estados Unidos los usarían como pretexto para arreciar su posicionamiento contra México.
México corre con suerte, igual como sucede con respecto a la paridad del peso frente al dólar estadounidense. Y la razón es sencilla: México ha vuelto a ser el primer socio comercial de Estados Unidos, desplazando a China de ese puesto. Por lo mismo, a ese país no le conviene endurecerse. Si el lazo económico no fuera tal como ocurre en estos momentos, habría mayores incentivos para declarar al Crimen organizado de México como grupos terroristas por el Congreso de EU.
Esa es la buena noticia para la 4T. La mala noticia para el mexicano promedio es que, más allá de cómo se quiera llamar la nueva escalada de violencia que estamos sufriendo en el país, se trata de terrorismo. Y así lo debería de tratar y atender el gobierno de México, aunque lo llame de otra forma.
Lo que en cambio no merece celebración alguna es la situación de inseguridad que vive nuestro país. Terrible; peor que antes. Claro que sí.
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