Declaración de Independencia



Declaración de Independencia

En la guerra de independencia, López Rayón y Morelos sostenían diferentes proyectos para la nueva nación. López Rayón pensaba que la soberanía residía en el rey y, por lo tanto, buscaba instaurar una monarquía. Por el contrario, Morelos sostenía que el pueblo era el depositario de la soberanía, apuntaba a que México fuera una democracia.

Siguiendo sus ideas democráticas, Morelos lanzó una convocatoria para que se eligieran diputados para instalar un Congreso. Dos diputados fueron electos por voto popular y seis fueron nombrados como representantes de la «parte oprimida de la nación». A ello se sumaban los vocales de la Junta de Zitácuaro. El Congreso de Anáhuac o Congreso de Chilpancingo inició su actividad el 14 de septiembre de 1813. Esta nueva institución substituyó a la disuelta junta de Zitácuaro.

Al inaugurarse el Congreso, Morelos pronunció el famoso documento llamado Sentimientos de la Nación. En este discurso el líder de la revolución defiende la importancia que tienen en una nación los Derechos Humanos y la Libertad. Este mensaje tuvo una gran repercusión, por lo que es considerado el primer antecedente de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

El 6 de noviembre de 1813 (hace 208 años) el Congreso de Anáhuac hizo la Declaración de Independencia, que rompía con tres siglos de dominación colonial. El Congreso firmó el Acta Solemne de la Declaración de Independencia de la América Septentrional, redactada por Carlos María de Bustamante.

La Declaración de Independencia sostenía que, América Septentrional: «Ha recobrado el ejercicio de su soberanía usurpado; que en tal concepto queda rota para siempre y disuelta la dependencia del trono español; que es árbitro para establecer las leyes que le convengan, para el mejor arreglo y felicidad interior: para hacer la guerra y la paz y establecer relaciones con los monarcas y repúblicas».

Los diputados del Congreso de Anáhuac nombraron a Morelos para el gobierno ejecutivo con el título de «Alteza Serenísima», pero por solicitud del mismo Morelos se eligió el de “Siervo de la Nación”.

El 22 de octubre de 1814, el Congreso de Anáhuac publicó en Apatzingán el Decreto constitucional para la libertad de la América Mexicana. El Congreso debió huir para evitar ser capturado. Mientras luchaba contra el ejército español para proteger al Congreso, Morelos fue apresado. Después de haber sido degradado, lo excomulgaron y finalmente fue fusilado el 22 de diciembre de 1815.

La entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821, en medio del regocijo y la algarabía popular, puso fin a una larga guerra de insurgencia. Se integra una Junta Soberana de Gobierno y Juan de O’Donojú entrega el Gobierno de la Nueva España el 28 de septiembre y ese mismo día se declara la independencia Nacional, hace 200 años exactamente, por medio de la siguiente Acta:

ACTA DE INDEPENDENCIA DEL IMPERIO MEXICANO, PRONUNCIADA POR SU JUNTA SOBERANA CONGREGADA EN LA CAPITAL DE ÉL EN 28 DE SEPTIEMBRE DE 1821 La Nación Mexicana que, por trescientos años, ni ha tenido voluntad propia, ni libre el uso de la voz, sale hoy de la opresión en que ha vivido. Los heroicos esfuerzos de sus hijos han sido coronados; y está consumada la empresa, eternamente memorable, que un genio, superior a toda admiración y elogio, amor y gloria de su Patria, principio en Iguala, prosiguió y llevó al cabo, arrollando obstáculos casi insuperables. Restituida, pues esta parte del septentrión al ejercicio de cuántos derechos le concedió el Autor de la Naturaleza. Y reconocen por inenajenables y sagrados las naciones cultas de la tierra; en libertad de constituirse del modo que más convenga a su felicidad; y con representantes que puedan manifestar su voluntad y sus designios; comienza a hacer uso de tan preciosos dones, y declara solemnemente, por medio de la Junta Suprema del Imperio, que es Nación Soberana, e independiente de la antigua España, con quien, en lo sucesivo, no mantendrá otra unión que la de una amistad estrecha, en los términos que prescribieren los tratados: que entablará relaciones amistosas con las demás, potencias ejecutando, respecto de ellas, cuántos actos pueden y están en posesión de ejecutar las otras naciones soberanas: que va a constituirse, con arreglo a las bases que en el Plan de Iguala y Tratado de Córdoba estableció, sabiamente, el primer Jefe del Ejército Imperial de las Tres Garantías; y en fin que sostendrá a todo trance y con el sacrificio de los haberes y vidas de sus individuos, (si fuere necesario) esta solemne declaración, hecha en la capital del Imperio a veinte y ocho de septiembre del año de mil ochocientos veinte y uno, primero de la Independencia Mexicana. 1. Agustín de Iturbide. 2. Antonio Obispo de la Puebla. 3. Lugar de la firma de O’ Donojú. 4. Manuel de la Bárcena. 5. Matías Monteagudo. 6. José Yánez. 7. Licenciado Juan Francisco de Azcárate. 8. Juan José Espinosa de los Monteros. 4 9. José María Fagoaga. 10. José Miguel Guridi y Alcocer. 11. El Marqués de Salvatierra. 12. El Conde de Casa de Heras Soto. 13. Juan Bautista Lobo. 14. Francisco Manuel Sánchez de Tagle. 15. Antonio de Gama y Córdoba. 16. José Manuel Sartorio. 17. Manuel Velásquez de León. 18. Manuel Montes Argüelles. 19. Manuel de la Sota Riva. 20. El Marqués de San Juan de Rayas. 21. José Ignacio García Illueca. 22. José María de Bustamante. 23. José María Cervantes y Velasco. 24. Juan Cervantes y Padilla. 25. José Manuel Velásquez de la Cadena. 26. Juan de Horbegoso. 27. Nicolás Campero. 28. El Conde de Jala y de Regla. 29. José María de Echevers y Valdivieso. 30. Manuel Martínez Mansilla. 5 31. Juan Bautista Raz y Guzmán. 32. José María de Jáuregui. 33. José Rafael Suarez Pereda. 34. Anastasio Bustamante. 35. Isidro Ignacio de Icaza. 36. Juan José Espinosa de los Monteros / Vocal secretario*

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