Después de los Tratados de Córdoba



Después de los Tratados de Córdoba

Juan de O’Donoju llegó a Veracruz en julio de 1821 y pronto percibió que los insurgentes, quienes habían depuesto al virrey anterior, Juan Ruiz de Apodaca, se dice que renunció y se fue sin esperar respuesta. Tras proclamar cinco meses antes el Plan de Iguala, dominaban casi todo el territorio novohispano. Comandados los independentistas por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero; decidió firmar con Iturbide el Tratado de Córdoba, el 24 de Agosto de 1821, por el cual se reconocía la independencia de México. Bajo un sistema Imperial.

Juan O'Donojú entregó el gobierno de Nueva España a Iturbide, rompiendo con ello los vínculos que unían a México con España. Antes de dimitir, hizo reconocer su autoridad ante el virrey usurpador Francisco Novella y entró en la ciudad de México, el 26 de septiembre, para ponerla un día más tarde a disposición de Iturbide. Se adhirió al movimiento libertador, participó en la junta que redactó el acta de independencia mexicana.

El 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante, con Iturbide a la cabeza, hizo su entrada triunfal a la Ciudad de México y puso fin a tres siglos de dominación española.

Sin embargo, O’Donojú no tuvo tiempo para participar en las tareas de gobierno del nuevo país, debido a que cayó enfermo de pleuresía, enfermedad que lo llevó a la muerte el 8 de octubre de 1821 en la ciudad de México a las cinco de la tarde, siendo sepultado con los más altos honores en el Altar de los Reyes de la Catedral de México, en presencia de los principales jefes del Ejército Trigarante.

Fernando VII recibió con enojo los Tratados de Córdoba y las Cortes españolas declararon traidor y fuera de la ley al hasta entonces Comandante del Ejército en Nueva España. Pero el Congreso Constituyente mexicano decretó una pensión de mil pesos mensuales a su viuda Doña Josefa Sánchez Barriga y Blanco, por los altos servicios que su marido había prestado a la causa independentista. Sin embargo, tan nobles intenciones fueron cumplidas por muy poco tiempo debido a la crónica escasez de los fondos públicos, de modo que doña Josefa padeció tristeza, pobreza y hambre hasta que falleció el 20 de agosto de 1842, impedida para siempre de regresar a España.

Una vez independizado nuestro país –y en razón de que la familia de los Borbones (familia reinante) se hallaba en Francia, por lo que el gobierno Español se encontraba en crisis- Iturbide aprovechó la coyuntura para que se le nombrara Emperador de México, con el nombre de Agustín I, el 10 de marzo de 1822. Durante los apenas diez meses que duró su reinado, la falta de apoyos más allá del de sus partidarios incondicionales y las impopulares medidas encaminadas a resolver los graves problemas financieros fueron debilitando su posición. Muy pronto hubo de enfrentarse a una conspiración de carácter republicano, liderada por el gobernador de Veracruz, Antonio López de Santa Anna, quien después de fracasar en su intento de apoderarse del castillo de San Juan de Ulúa, último reducto español, fue cesado por Iturbide. Santa Anna proclamó la República en diciembre de 1822, e inmediatamente recibió el apoyo de otros generales. En marzo de 1823, Iturbide se vio obligado a abdicar. Y salir al exilio.

En 1824 es proclamado primer Presidente de México Don Guadalupe Victoria; hasta 1829. Quién Nació en Tamazula, Nueva Vizcaya, en 1786 , y murió a causa de la epilepsia en San Carlos de Perote, Veracruz, en 1843.

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