Mijail S. Gobarchov (Segunda parte) En diciembre de 1986, Mijaíl Gorbachov dio la orden de liberar al físico Andréi Sájarov deportado y aislado en 1980 en la ciudad de Gorki por Brézhnev, instando a instalar un teléfono en el apartamento del científico para poder comunicarle personalmente su puesta en libertad. Durante 1986 en la URSS fueron liberados veintiún prisioneros de conciencia. El Pleno del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética en enero de 1987 vería la cristalización de las reformas políticas de Gorbachov, incluidas las propuestas de varios candidatos para las elecciones y el nombramiento de personas externas al Partido en cargos en el Gobierno. También se planteó por primera vez la idea de ampliar las cooperativas en el Pleno. En ese mismo año, mayo sería un mes de crisis: en un incidente casi increíble, un joven de la Alemania Occidental, Mathias Rust, logró volar en una avioneta Cessna 172 hasta Moscú, atravesando las fronteras soviéticas sin ser detectado y aterrizando cerca de la Plaza Roja. Esto avergonzó masivamente a los militares soviéticos y Gorbachov hizo grandes cambios de personal, comenzando por la cúpula, donde se nombró a Dmitri Yázov como ministro de Defensa. La Seguridad soviética era tabú merced las tensiones nucleares. Las reformas económicas ocuparon gran parte del resto de 1987. En junio se aprobó una nueva ley que otorgaba a las empresas más independencia y en noviembre Gorbachov editó un libro: “Perestroika: un nuevo pensamiento para nuestro país y el mundo”, donde elucidaba sus principales ideas para la reforma. No obstante, al mismo tiempo aumentaba la acritud personal y profesional entre Gorbachov y Borís Yeltsin. Yeltsin fue sustituido como Primer Secretario del Partido de Moscú (Gorkom) después de criticar a Gorbachov y a otros durante el Pleno de octubre. Esta medida solo eliminó temporalmente la influencia de Yeltsin. En 1987 se rehabilitaron muchos opositores de Stalin, otra parte de la desestalinización que se había iniciado en 1956 cuando por primera vez se hizo público el testamento de Lenin. El año 1988 vio la introducción de la glásnost de Gorbachov, que dio nuevas libertades individuales a los ciudadanos, como una mayor libertad de expresión y libertad de religión —aunque Gorbachov fue ateo. Este fue un cambio radical, ya que el control de la palabra y de la represión de las críticas por parte del gobierno había sido anteriormente una parte central del sistema soviético. La prensa se hizo mucho menos controlada y miles de presos políticos y disidentes fueron puestos en libertad. Su meta en la realización de la glásnost fue presionar a los conservadores dentro del PCUS que se oponían a sus políticas de reestructuración económica con la esperanza de que, por medio de diferentes gamas de apertura, debate y participación, el pueblo soviético apoyara sus iniciativas de reforma. Al mismo tiempo, se abrió a sí mismo y sus reformas para más críticas en la opinión pública, como se evidencia en una carta de Nina Andréyeva criticando a Gorbachov y sus reformas en la edición de marzo de Sovétskaya Rossíya. En el aspecto político, se inició una apertura que debía conducir gradualmente a una democracia pluripartidista. Pero los avances en ese camino, calificados de excesivos por la “vieja guardia” comunista, fueron considerados demasiado lentos por la creciente oposición ajena al partido: Gorbachov y su equipo avanzaban despacio por las resistencias existentes dentro del régimen y por el temor a perder el control del proceso. El efecto principal de la apertura fue la eclosión de los sentimientos nacionalistas que cuajaron en movimientos independentistas en las diversas repúblicas que formaban la Unión Soviética. El 19 de agosto de 1991 se produjo un intento de golpe de Estado de tendencia involucionista a manos de un grupo de altos funcionarios del PCUS, del gobierno y la KGB. Este intento fue detenido por la fuerza del movimiento encabezado por el presidente de la RSFS de Rusia Borís Yeltsin, quien, después del fracasado golpe de Estado, tomó la decisión de ilegalizar el PCUS y de decretar la nulidad de la anexión de las repúblicas bálticas. Cada vez más debilitado políticamente, sobre todo a raíz de la acción política de Borís Yeltsin, Gorbachov tuvo que dimitir de su cargo de secretario general del PCUS y disolver el Comité Central. El 25 de diciembre de 1991, se disolvió oficialmente la Unión Soviética y, como consecuencia de la negativa de los presidentes de las Repúblicas de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) de reconocer los órganos de poder central, optó por dimitir de su cargo de presidente de la URSS haciendo un discurso televisado: Dada la situación creada con la formación de la Comunidad de los Estados Independientes, ceso mi actividad como presidente de la Unión Soviética. Tomo esta decisión por consideraciones de principio. Se ha impuesto la línea de la desmembración del país y de la desunión del Estado, lo cual no puedo aceptar. Además, estoy convencido de que resoluciones de tal envergadura deberían haberse tomado basándose en la voluntad expresa del pueblo (es decir, un referéndum). El destino quiso que cuando me vi al frente del Estado ya estuviera claro que nuestro país estaba enfermo. Hoy estoy convencido de la razón histórica de los cambios iniciados en 1985. Hemos acabado con la Guerra Fría, se ha detenido la carrera armamentista y la demente militarización del país, que había deformado nuestra economía, nuestra conciencia social y nuestra moral. Nos abrimos al mundo y nos ha respondido con confianza, solidaridad y respeto. Mijaíl Gorbachov, 5 de diciembre de 1991. Comunicar es compartir ¡¡¡Comparte!!! Ya tú sabes