Hace 200 años se promulgó la primera Constitución, que ya aportaba los ingredientes necesarios de una República, Federalista, Representativa y soberana; La Constitución del 1857 fue un refinamiento y actualización liberal y la de 1917 Los derechos sociales se consagran por primera vez, en el mundo; pero veremos que la Constitución de 1824 fue suficientemente dotada del soporte nacional que da viabilidad a México. Se substituye por la de 1836, pero su enfoque partidario da por resultado la de 1857. El 31 de enero de 1824, dicho Congreso aprobó el Acta Constitutiva de la Federación Mexicana, que estableció algunas de las bases fundamentales contenidas en la Constitución Federal promulgada meses después. El Acta Constitutiva citada contenía temas como los siguientes: la nación mexicana sería libre e independiente de España para siempre; la soberanía residiría radical y esencialmente en la nación; se reconocía de manera expresa y perpetua a la religión católica como la de la nación mexicana; la adopción de la forma de República representativa, popular y federal para el gobierno de la nación, así como que el poder supremo de la Federación se dividiría, para su ejercicio, en Legislativo, Ejecutivo y Judicial, y jamás podrían reunirse dos o más de estos en una corporación o persona ni depositarse el Legislativo en un individuo. Asimismo, se señalaron las facultades para cada uno de estos poderes. Se dispuso que el gobierno de cada estado se dividiría, para su ejercicio, en los tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial (Acta Constitutiva de la Federación Mexicana, 1824). Asimismo, el Acta Constitutiva sirvió para comprometer formalmente a los gobiernos de los distintos estados soberanos —que se formaron tras la disolución del Primer Imperio Mexicano— a constituir una nación unida, federal, representativa y dotada de una división de poderes. De manera formal, el 1 de abril de 1824 se iniciaron las labores que se dirigieron a la formulación del proyecto de la Constitución Federal de los Estados Unidos. El Congreso de 1824 fue una institución que se conformó con representaciones de diversas provincias, con el objetivo de que se conocieran, discutieran y conciliaran los diferentes intereses de cada territorio, en un entorno de independencia lograda de manera reciente. Cada una de las personas que integraron el Congreso General Constituyente había sido designada de conformidad con la voluntad general y tenía como encomienda principal la defensa de los intereses que representaba de cada región. Las 107 personas electas formaban parte de una minoría política y selecta que adquirió el compromiso de definir la forma de organización del gobierno de la naciente nación mexicana. Cada provincia contó con un número de representaciones a partir de la población de cada territorio, lo que influyó en una integración desigual de diputaciones por provincia; sin embargo, sus integrantes conformaron una pluralidad política que llevó a la transición de un régimen colonial a la primera República mexicana. La Constitución de 1824 concilió los diversos intereses y posturas políticas presentes en el Congreso con la finalidad de garantizar la unidad y delinear un pacto federal y, al mismo tiempo, impidió la segregación de las diferentes provincias, ya que permitió la unidad del territorio federado, mediante un diseño que favoreció la delimitación de las esferas de competencia nacional y estatales; asimismo, protegió la integridad territorial ante las monarquías europeas, lo que consolidó la unión nacional. Esta asamblea, integrada por personas notables con un innegable patrimonio cultural y conocedoras de la problemática del país, superó sus divergencias ideológicas y políticas, así como los intereses particulares de las provincias representadas, para dar paso a propuestas, discusiones y acuerdos. El debate más agudo no se centró en el sistema de gobierno republicano ni en las bases de la independencia y la libertad de los estados federados, sino en la definición de la soberanía como única e indivisible, y descartó la opción de que fuera múltiple y parcial, en la cual se proponía que la soberanía se compartiera entre los estados y la nación. Este tema también estuvo asociado con la discusión respecto a adoptar el sistema federal como la forma idónea del gobierno nacional. Al momento de tomar postura mediante el voto, dos factores concurrieron: por una parte, las particulares características históricas, geográficas y económicas de cada provincia y, por la otra, la experiencia y la postura personal de cada representante. Finalmente, se expidió la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, el “cuatro del mes de Octubre del año del Señor de mil ochocientos veinte y cuatro: cuarto de la independencia; tercero de la libertad, y segundo de la federación” (Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, artículo 171, 1824). Este pacto federal se conformó con 7 títulos y 171 artículos, del modo siguiente. “Título 1o: Sección Única. De la nación mexicana, su territorio y su religión” (artículos 1 a 3). Se dispuso que la nación mexicana “es para siempre” libre e independiente del gobierno español, así como que su territorio comprende el del virreinato, antes llamado Nueva España; que los límites de la Federación se establecerán en una ley constitucional, y que la religión oficial es la católica, apostólica y romana. “Título 2o: Sección única. Se estableció la República, representativa y federal, como forma de gobierno y que sus partes integrantes eran 19 estados y 5 territorios; además, para su ejercicio, el supremo poder de la Federación se dividiría en Legislativo, Ejecutivo y Judicial. “Título 3o: Del poder legislativo, integrado del modo siguiente: Sección 1a: De su naturaleza y modo de ejercerlo” (artículo 7), “Sección 2ª Raíces de la carta magna de 1824 en la fundación de Baja California Sur De la cámara de diputados” (artículos 8 a 24), “Sección 3a: De la cámara de senadores”